Ángel nació en 1933, hijo de un padre que emigró a Santo Domingo y de una madre dominicana, que murió con solo 23 años. La muerte de su madre dejó a Ángel y sus hermanos al cuidado de su abuela en Valbona, un pueblo del Concejo de Allande. Con 14 años, lo reclamaron desde Santo Domingo, donde pasó parte de su juventud. A los 22 regresó a España, pero fue enviado a África para cumplir con el servicio militar durante 18 meses. Estas vivencias marcaron una juventud de tránsito constante, entre dos continentes y con diferentes responsabilidades.

A su regreso, comenzó a trabajar como chófer, oficio que desempeñó durante 25 años en la compañía ALSA. Conoció a su esposa, María, con quien se casó, y se establecieron en una casa humilde donde criaron a sus cuatro hijos. Ángel recuerda con gratitud que, a pesar de las dificultades, sus hijos lograron prosperar. Siempre se ha enorgullecido de haber mantenido una vida sin deudas, habiendo ayudado a quienes pudo en su camino, sin esperar nada a cambio.

A sus 91 años, Ángel sigue conduciendo y rememora con cariño los años al volante. Su vida, aunque llena de sacrificios, fue también una de encuentros y crecimiento personal. Reflexiona sobre la importancia de la educación para las nuevas generaciones, consciente de que el futuro de los pueblos depende de que la juventud se prepare y se quede en el territorio.