Por Santa Lucía nieve en la cocina.
Armando nació el 2 de agosto de 1947 en Tapia de Casariego, aunque gran parte de su vida la pasó en Los Oscos y luego en Berducedo, donde finalmente se estableció. Desde joven, trabajó en el ámbito forestal, comenzando como guarda y ascendiendo, después, a guarda mayor, rol en el que gestionaba la protección y el mantenimiento de los bosques de la zona. Este trabajo le permitió conectar directamente con el entorno natural y adquirir una comprensión profunda de la vida en el campo, algo que valora enormemente.
A lo largo de su carrera, Armando se dedicó a la reforestación, la prevención de incendios y la gestión de la madera, actividades que le enseñaron la importancia del cuidado y la conservación de los recursos naturales. Como muchos de su generación, ha visto cómo la modernización ha cambiado la vida en Berducedo, observando con tristeza el abandono de muchas prácticas tradicionales.
Armando recuerda también cómo la autosuficiencia era esencial en la vida rural. Con sus conocimientos de campo, que incluyen el momento adecuado para cortar la madera y otras prácticas agrícolas, destaca la sabiduría ancestral, en torno a las fases lunares, que orientaba a los campesinos y trabajadores rurales. Estos conocimientos, que ayudaron a sostener a su familia y a su comunidad, siguen siendo una parte fundamental de su identidad y de su historia personal.